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A mediados de 2024 me contactó Santi Vilanova (Playmodes) para proponerme una colaboración. Con Santi estudiamos juntos en EINA y la vida profesional nos fue haciendo coincidir en diferentes ocasiones. Pero esta vez le ayudaría a producir una pieza gráfica para los y las graduadas de la UOC, personas que han combinado trabajo y estudios, familia y vida social, sufrimiento, ilusión y alegrías, todo ello en una coctelera que nunca ha parado de moverse.
Un camino singular, lleno de retos, del que salimos transformados superando cada punto de inflexión. Una constelación de múltiples saberes. Un mapa para avanzar, perderse, dar pasos, y finalmente encontrar la dirección que nos proyecta hacia el futuro.
Playmodes
Sistema gráfico a partir de un algoritmo
Para el encargo, Santi ideó un sistema gráfico, a partir de unos algoritmos de creación propia, que visualizaba este proceso complejo por el que habían pasado los graduados y graduadas.
El resultado fueron 4.400 láminas, todas ellas diferentes, donde las estrellas presentes sobre la sede de la UOC el día de su fundación (ahora hace 30 años) servían de guía para los elementos gráficos que las construían.
¿Cómo plasmar físicamente el concepto inicial?
Optamos por la impresión offset digital (HP Índigo), que era la que nos permitía, manteniendo una alta calidad, que absolutamente todas las piezas fueran distintas.
Queríamos un papel blanco pero con una tonalidad cálida y que tuviera textura, pero que ésta no sacara protagonismo a la gráfica. Necesitábamos un gramaje alto, porque después aplicaríamos un golpe seco y queríamos asegurarnos de que éste quedara perfecto. En Tecnoart (Barcelona), después de probar diferentes tipos de papel de los que habíamos seleccionado y ajustar el color, realizaron la impresión.
El algoritmo de lo que hablábamos generaba imágenes en RGB, así que teníamos que hacer lo posible para que los colores que salieran de la pantalla de Playmodes fueran reproducibles tal y como queríamos, en CMYK, pero que fueran lo máximo de luminosos posible. Santi hizo lo imposible para que esto ocurriera, a base de hacer pruebas y más pruebas. Además, el blanco roto del papel no es el blanco de pantalla, por lo que los ajustes eran más que imprescindibles.
El fondo de la imagen debía ser gris, así que probamos un papel de ese color, pero entonces perdíamos la posibilidad de tener formas en blanco. Aun así, intentamos hacerlo con tinta blanca, pero al no ser del todo opaca, no teníamos el resultado que buscábamos. Optamos por imprimir el fondo en una trama de gris, lo que siempre trae complicaciones (¡y las trajo!), pero logramos encontrar el punto justo para conseguir el resultado que buscábamos.
La sensorialidad
Queríamos añadir un elemento que sólo fuera perceptible en el formato físico, que apelara al tacto y que aportara un valor añadido a la idea inicial. Optamos por un golpe seco –que marcaría las estrellas del día de la fundación de la UOC–, que aplicaron de forma impecable Arnau y Adrià, desde L’Anacrònica (Mataró). Allí mismo estuvimos haciendo pruebas de presión, ya que si había demasiado, las fibras del papel reventaban, y si había demasiado poca, el relieve era excesivamente sutil. Arnau encontró el punto perfecto y empezaron la maratón de horas de máquina para tenerlas listas a tiempo.
La pieza gráfica se entregó en los actos de graduación y fue precioso ver cómo el estudiantado abría la carpeta y, lo primero que hacía era pasar los dedos, suavemente sobre la obra. ¡Objetivo alcanzado!
Ha sido un placer enorme (y un lujo absoluto) trabajar con Santi –y todo el equipo de gestión y producción, Martí, Marta– en un proyecto tan poético, que tiene un pie en la tecnología y otro en el arte, uno en la tierra y el otro en las estrellas.