Hay troqueles que, a pesar de ser muy, muy sencillos, dan una vuelta al concepto que hay detrás de un proyecto, aportándole un valor añadido.
Un pequeño círculo, un cuadrado o unos agujeros colocados estratégicamente, pueden explicar muchas más cosas que una tipografía, un color o una fotografía.
He seleccionado tres proyectos, relacionados con la música, que son un buen ejemplo de ello.
Festival de Jazz de Girona
Enserio
La disposición de la tipografía y un pequeño troquel circular en el centro nos transportan a los discos de vinilo. Tinta negro sobre un papel de color y ya está, no necesita nada más. Síntesis evocadora.
19è. Mercat de la Música de Lleida
SopaGraphics
El agujero cuadrado del centro integra el fondo a la pieza, creando carteles únicos, que se adaptan a su entorno. Una portada de disco de vinilo para cada cartel. Dos tintas que, gracias al troquel, se acompañan de infinidad de formas y colores.
Stevie Wonder – El Refugi
Bendita Gloria
Los carteles para una fiesta-homenaje a Stevie Wonder se transforman en una versión en braille de partes de las canciones del músico invidente. Unos sencillos troqueles, sobre un papel blanco impreso en negro, son un homenaje en sí mismos.