Martina Tarabal es artista y grabadora. Trabaja minuciosamente el grabado y lo combina con el bordado o el stamping. A partir de retratos realistas a grafito incorpora elementos sorprendentes que les dan la vuelta y, a menudo, eliminan su inocencia. Ha expuesto en Barcelona, Madrid, Sofía, Munich o Aoya, entre muchos otros.
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No tienes ningún pudor en rayar, coser o borrar partes (a menudo los ojos) de los retratos que haces. ¿Qué buscas cuando haces este tipo de intervenciones?
Empecé a trabajar el retrato en un proyecto donde exploraba la relación imagen – identidad. De una forma muy natural, la idea ha ido evolucionando y ahora trabajo el retrato sin la intención de describir a nadie en concreto.
Elimino u oculto partes de la cara para borrar la identidad y la historia. Es un poco como crear recuerdos que no son de nadie, pero que pueden ser de cualquiera.
La intención es reflexionar sobre el vínculo entre olvido, memoria e identidad. Por eso utilizo fotografías encuentradas de referencia, son recuerdos olvidados de gente que posiblemente ya no es.
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La figura femenina, sola o acompañada, suele ser la protagonista de tus piezas. ¿Es casual o hay una intención en esta decisión?
No siempre es intencionado. Creo, más bien, que hay un punto de empatía que me hace decantar hacia la figura femenina. Como si pudiera entender mejor su situación.
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Sueles combinar el grafito con elementos como el hilo, el pan de oro o la tinta. ¿Qué te aporta esta fusión de técnicas?
Me aportan cualidades que no podría obtener con un solo medio. Me ayudan a crear contrastes y texturas para reforzar mi discurso y, al mismo tiempo, desdibujar o “ensuciar” la imagen. Mi forma de dibujar es bastante minuciosa, así que es una manera de romper la armonía e incomodar un poco.
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¿En qué más estás trabajando, ahora mismo?
Estoy en constante aprendizaje. Una de las últimas técnicas que he aprendido, la “Kitchen Litho”, me tiene fascinada por la sencillez de los materiales y la calidad de los resultados que se obtienen.
También estoy haciendo hilo de papel y tiñéndolo con tintes vegetales. De momento me sirve para bordar los dibujos y crear nuevos soportes donde estampar. El papel me fascina así que me gusta que tenga su propio peso en mi obra.
Aparte, estamos haciendo un pequeño libro de artista autoeditado con una amiga, Bibiana Gala. La idea de hacer algo juntas hacía tiempo que nos rondaba y al final encontramos cómo formalizarlo.
Hace un tiempo que trabajamos y la verdad es que las restricciones nos han obligado a frenar un poco, pero ahora ya estamos en la recta final y esperemos que pronto lo podamos tener en nuestras manos.
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¿Qué planes de futuro tienes?
Soy de planear poco, y menos tal como tenemos el panorama, pero de ideas y motivaciones tengo muchas.
Cuando he tenido la oportunidad de salir de mi taller y trabajar en un espacio compartido lo he disfrutado mucho. Es una experiencia muy enriquecedora, así que me gustaría poder repetirlo más veces.