Pol Pintó es diseñador y artista. Empezó su obra en el arte urbano y actualmente ha expuesto en diversas galerías del país. Utiliza el tiralíneas, una herramienta muy utilizada en la construcción y la ingeniería, para trazar líneas que se convierten en composiciones minimalistas y abstractas. La repetición, la aleatoriedad y la geometría son elementos constantes en su obra.
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¿Qué te trajo de trabajar en estudios de diseño, como diseñador, a dedicarte al arte?
Siempre ha sido algo que he ido combinando. Desde pequeño la pintura y el dibujo han estado presentes, así que ha sido un proceso natural, pero es desde hace un par de años que puedo dedicarle tantas horas como ahora.
Me gusta tener la parte más racional del diseño por las mañanas y la parte más especulativa o creativa por las tardes. Creo que es una buena combinación, o por lo menos que me funciona actualmente y que una cosa alimenta a la otra. Tengo ambos espacios separados, el estudio y el taller, lo que me ayuda a cambiar de estado mental.
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¿Cómo fuiste a parar al tiralíneas como “sistema de impresión” de tus piezas?
Los inicios de mi práctica artística se remontan al arte urbano. Su naturaleza, libre y sin filtros, fuera del circuito comercial y sin empeño conceptual, marcó profundamente la evolución de mi trabajo.
En este entorno, la velocidad resulta esencial. Hacerle frente es lo que me obligó a buscar otro tipo de herramientas para poder agilizar mi trabajo. Así fue como descubrí el tiralíneas, un instrumento muy utilizado en construcción e ingeniería para trazar líneas rectas. Con él, más allá de poder desarrollar mis contundentes geometrías, descubrí todos los demás matices que le aporta a mi obra: expresividad, inconstancia, aleatoriedad. Error, incluso. Además, poseía unas claras connotaciones que a día de hoy todavía definen mi estilo: la austeridad y esa continua búsqueda de lo primario.
Desde entonces mi trabajo implica experimentar con objetos poco convencionales y, a menudo, aparentemente mundanos. Del contacto o fricción entre ellos es de dónde salen los trazos expresivos que protagonizan mis pinturas.
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¿En qué estás trabajando ahora mismo?
Estoy trabajando en dos líneas de trabajo, ambas con la pintura como actuación principal.
La primera continúa con el concepto del tiralíneas, pero en este caso yo no decido la composición sino que un ordenador con unas indicaciones lo hace por mí, pronto empezaré a exponer estas obras 🙂
La segunda línea es un proyecto que todavía no tiene título. Es también un proyecto pictórico que plantea una serie de apuntes que giran en torno al cuestionamiento del proceso de aprendizaje del alfabeto y su significación. El proyecto se compone de tres áreas de actuación: una documentación fotográfica en formato de publicación, un proyecto pictórico como actuación principal y la creación de una tipografía de código abierto.
Los grafitis, normalmente políticos, suelen ser modificados de una forma muy peculiar. Muchas veces son alterados u ocultados parcialmente, anulando su significado y connotaciones, convirtiéndolos en una forma casi abstracta. El proceso de alteración produce una especie de abstracción inconsciente y la permanente fusión entre contenido y forma. El título de cada pintura es la palabra alterada, así el espectador, que en un primer momento no ha podido reconocer su forma como algo figurativo, al leer el título de la obra resignifica la forma y, al mismo tiempo, oculta y anula su percepción previa de forma permanente.
La percepción de la letra como algo más que una forma se transforma una vez comprendido su significado, el cual no puede desaprender. Pero la ocultación demuestra cómo el significado es frágil y puede ser alterado por pequeñas modificaciones. Esto se pone de manifiesto a través de la influencia de factores culturales y educativos en la comprensión del mundo y la universalidad del significado que se le otorga en la letra.
Estas obras están directamente influenciadas por las lenguas vernáculas, graffitis, inclinaciones políticas de la zona, etc.
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¿Qué planes de futuro tienes?
Quiero desarrollar esta serie de obras en gran formato. Es complicado, costoso y poco práctico, pero tengo demasiadas ganas de pintar obras muy grandes.
Y ahora volver a casa, que sigo en el taller y tengo mucho hambre.