Pilar Almenar es periodista, gestora de proyectos con impacto social y formadora en talleres de alfabetización mediática y digital para mujeres. Es fundadora y directora de “Impresas“, taller participativo para la creación literaria colectiva en el módulo de mujeres de la prisión de Picassent (València), que acompaña a las redactoras en la edición integral de una revista.
“En Impresas no “damos voz” a las mujeres reclusas. Las redactoras, por supuesto, ya “tienen una voz””.
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¿Cómo y con qué propósito nació “Impresas”?
Impresas nace en 2017 con la intención de generar un espacio creativo dentro de prisión, donde las mujeres pudieran desarrollar libremente el proceso de creación de su propia revista.
La idea surge de la inquietud personal como periodista por poner las herramientas del periodismo a disposición de algún colectivo social a quienes pudieran serle útiles. Al conocer que las mujeres reclusas representan solo un 7% (2022) del total de la población reclusa en España (el 93% son hombres) comprendí que por su condición de reclusión y de estricta minoría podrían estar interesadas.
Este proyecto no respondía ya a mi curiosidad, a mi morbo ni a mi ego, sino que de verdad ofrecía a las mujeres una herramienta que ellas querían utilizar.
Al conocer a la asociación Àmbit, que lleva 29 años trabajando con personas reclusas y exreclusas con enfermedades mentales, supe que las mujeres en prisión sufren una triple condena y desde la entidad me confirmaron la gran necesidad de expresarse que tienen estas mujeres. Fue ahí cuando me di cuenta de que este proyecto no respondía ya a mi curiosidad, a mi morbo ni a mi ego, sino que de verdad ofrecía a las mujeres una herramienta que ellas querían utilizar.
De modo que, en septiembre de 2017, llamé a un grupo de mujeres a las que admiraba y con quienes aún no había podido trabajar, les propuse la idea y todas me dijeron que sí. Pasamos un año gestando el proyecto y construyendo los enfoques y metodologías y en octubre de 2018 entramos a trabajar en prisión por primera vez.
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¿Cómo fue acogido el proyecto por las mujeres que realizaban el taller?
El proyecto siempre ha sido bien acogido por ellas. La primera vez que entramos en prisión para presentarles en proyecto acabaron aplaudiendo y nos dejaron súper sorprendidas.
Impresas es un espacio de experimentación en lenguajes, en proyectos feministas con impacto social y en el uso del periodismo con objetivos de empoderamiento.
Se tiene una idea muy equivocada de las mujeres en prisión, basada en las imágenes que muestran las películas americanas y las series de la tele donde las mujeres son violentas y van vestidas con uniformes amarillos o naranjas. Nada más lejos de la realidad: las mujeres van vestidas con su ropa normal, tienen aspiraciones, sueños, miedos, familias, memoria, talentos, historias, conocimientos y tienen mucho que aportar si se les da el espacio para que puedan hacerlo. A eso aspiramos en Impresas, a generar un espacio donde ellas son, sencillamente, quienes quieren ser.
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¿Qué crees que aporta a estas mujeres un proyecto como “Impresas”?
Por lo que ellas mismas nos dicen, el proyecto les ofrece un espacio donde ser intelectualmente libres, donde se evaden de su realidad cotidiana y tienen la oportunidad de leerse a sí mismas como personas creativas y con talento, roles que, en muchas ocasiones, la vida no les ha dado la oportunidad de experimentar antes.
Muchas de ellas escriben, a veces en privado. Algunas tienen incluso poemarios enteros manuscritos que nos han confiado para que les demos opiniones y consejos literarios. Para ellas, trabajar en plano de igualdad con mujeres que no les preguntan por qué están allí, sino que las tratan con horizontalidad y respeto, es una oportunidad.
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¿En qué estás trabajando ahora mismo?
Ahora mismo estoy inmersa en el inicio de los talleres y la financiación de la 4a edición de Impresas mientras hago crecer mi ocupación principal, una empresa de comunicación que he fundado con Laura Bellver y que es el trabajo que me permite tener un sueldo mensual.
Nosotras, ninguna miembro del equipo, no vivimos de Impresas, sino de nuestro trabajo fuera del proyecto. Impresas es un espacio de experimentación en lenguajes, en proyectos feministas con impacto social y en el uso del periodismo con objetivos de empoderamiento.
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¿Qué te depara el futuro?
Hacer Impresas por cuarto año consecutivo, sinceramente, me hace muy feliz. Es difícil explicar la cantidad tan brutal de trabajo que supone para nosotras hacer este proyecto y que siga saliendo adelante con todo el aprendizaje y la ilusión que ponemos es casi magia.
Poder compartir este proceso con mis compañeras, que siguen ahí desde la primera edición, es un regalo.
Ahora mismo estamos inmersas en el impulso del proyecto a nivel nacional e internacional. En el mes de septiembre hemos organizado dos jornadas muy potentes en València donde hemos reunido a proyectos y profesionales de la cultura de diversos puntos del Estado y como proyecto, nos hemos unido a Leen, una red internacional (España, Portugal y América Latina) de proyectos ligados a cultura y prisión en la que esperamos aprender muchas cosas para afianzar el proyecto.
Nos encantaría encontrar una vía de financiación estable a medio plazo para el proyecto, así que vamos a aprender todo lo que podamos para conseguirlo y hacer viable Impresas a medio plazo.